Monday, February 27, 2006

EL VERDADERO AMOR.

"EL VERDADERO AMOR ES DAR, NO ES RECIBIR. SI NO ES ASÍ, NO ES VERDADERO AMOR, EN ABSOLUTO".

Finalizo preguntando a la Madre Teresa cuál ha sido la mayor fuente de inspiración en su trabajo, y la sabia nos dice:

-El amor, el amor de Dios Todopoderoso, primero que nada, y a partir de allí, el amor universal. Los desamparados deben saber que les amamos, que son queridos. Y deben entenderlo porque ellos no tienen otra cosa que dar, sino amor. Es muy importante que este mensaje de amor surta efecto, que sea entendido. Nosotros creemos traer un poco de paz al mundo a través de nuestro trabajo. Por eso vemos el trabajo como un regalo de Dios, como el más importante medio que tiene el ser humano para limpiar su mente, primero, y luego aclarar el camino hacia los demás. La gente hoy padece hambre de amor, de un amor compasivo, que es muy importante porque constituye la única solución a la soledad y a la tremenda pobreza.

“Por eso no sólo trabajamos en los países pobres; por eso también estamos en Estados Unidos, en Alemania, en Inglaterra, donde no hay hambre de pan, pero allí la gente padece una horrible soledad, una terrible desesperación, una terrible falta de cariño, donde muchos viven sin esperanzas espirituales o han olvidado la maravilla que significa sonreír, la belleza que encierra el roce humano, lo que es el amor humano. Lugares donde se necesita tanto alguien que les brinde la calidez que encierra una palabra amable, una palabra respetuosa. Los jóvenes están comenzando a entenderlo así, están conociendo lo importante que es ser rectos y comprometidos con los demás. Yo tengo plena fe en las nuevas generaciones porque veo que ya desean servir con sus manos y amar con sus corazones de modo pleno, no superficialmente, con verdadero amor.

-¿Y cómo es el verdadero amor?

-Un amor no es verdadero cuando es empleado con fines egoístas. Una persona puede decir a otra que la quiere, pero al mismo tiempo puede desear aprovecharse de lo que están encerrando sus palabras; al mismo tiempo puede estar pensando tomar de la otra todo lo que pueda. El verdadero amor es dar, no es recibir; si no es así, no es un verdadero amor en absoluto. El verdadero amor duele, porque así es. Tiene siempre que doler porque es doloroso renunciar a sí mismo por alguien, por eso es doloroso, porque es total entrega. El que ama verdaderamente está dispuesto a morir por el objeto de su amor, y así debe ser. Cuando la gente se ama, tiene que renunciar a todo para amarse mutuamente, sin interferencia alguna, porque el amor unifica; por eso es cosa de dos para hacerse uno; por eso el amor absoluto es el verdadero amor.

Y eso sucede con nosotros en la vida religiosa: para pertenecer completamente a Cristo tenemos que renunciar a todo. Sólo así podemos amarle verdaderamente. Claro, en nuestra época, aunque me parece que siempre ha sido igual, la palabra "amor" se emplea mucho y se conoce poco; por eso es tan mal empleada como mal entendida. Yo creo que el amor entre los seres humanos es efímero; por eso se puede amar muchas veces y a distintas personas. Sólo el amor a Dios es eterno, porque implica, justamente, a la eternidad más uno mismo”.
© Waldemar Verdugo Fuentes

Fragmentos Publicados en “El Mercurio” de Chile, “Vogue”, “Claudia” y “UnoMasUno” de México.

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